Marcela Baigros, directora de Cero a la derecha

Lograr una realidad distinta a través de repensar las expresiones cotidianas es una meta en Cero a la derecha. Entre otras acciones, confeccionaron un catálogo que ayuda a cuestionar los estereotipos y estigmas en los diálogos diarios.



Lograr una realidad distinta a través de repensar las expresiones cotidianas es una meta en Cero a la derecha. Entre otras acciones, confeccionaron un catálogo que ayuda a cuestionar los estereotipos y estigmas en los diálogos diarios.

¿Cómo hacemos para eliminar las barreras sociales y terminar con la discriminación? Por más compleja que nos resulte la solución, la asociación civil Cero a la Derecha trabaja desde 2013 para responder creativamente a estas problemáticas con propuestas desde la comunicación y los derechos humanos.

Marcela Baigros es la directora de la asociación que tiene entre sus principales proyectos un diccionario de recomendaciones terminológicas para una comunicación libre de discriminación. En formato virtual colaborativo www.delsectoroscial.org agrupa cientos de expresiones que proponen una descripción de las personas y las situaciones con una perspectiva de derechos humanos.

"No es lo mismo decir persona 'de la calle' que 'en situación de calle'”Raúl Arcomano | Voces por la Justicia
“No es lo mismo persona ‘de la calle’ que ‘en situación de calle’”

“El objetivo de esta herramienta de consulta es cuestionar las palabras automáticas y estigmatizadoras a las que estamos lamentablemente acostumbrados y recomendar términos alternativos”, dice la referente.

No es lo mismo, explica Baigros, decir persona “de la calle” que “en situación de calle”. La preposición “de” le da un sentido irreversible y dejamos de cuestionarnos las causas y consecuencias de esa situación. “Si nosotros usamos como común la expresión incorrecta y eso le llega a la persona repetidas veces, es poco probable que pueda salir. Porque las palabras generan identidad”.

Lograr un cambio social genuino a través de las expresiones cotidianas requiere el incentivo de esa transformación. Es por eso que también, en los últimos años, han dictado talleres en diversas empresas, universidades y escuelas de publicidad. “En las capacitaciones hablamos sobre la legislación en discriminación y mostramos publicidades en las que abundan prejuicios y tipos más comunes de discriminación por género, origen y racismo estético”, cuenta Marcela.

“En las capacitaciones hablamos sobre la legislación en discriminación y mostramos publicidades en las que abundan prejuicios y tipos más comunes de discriminación por género, origen y racismo estético”

Biblioteca humana

Siguiendo con las propuestas creativas que generan conciencia social, Cero a la Derecha logró traer a la Argentina, junto a la asociación Conceptos Sencillos, una idea que nació en el 2000 en Dinamarca y que ya recorrió más de 50 países. Se trata de una biblioteca humana, donde los libros son personas que se presentan ante sus lectores para contar sus historias signadas por prejuicios o estigmas originados en su pertenencia a grupos vulnerados socialmente. Así, se desafía la discriminación a través de la comunicación y se fortalecen la convivencia y el entendimiento en la diversidad.

“Si entendemos al lenguaje como una herramienta de cambio social, al presentar a personas que son discriminadas como seres humanos iguales a uno, se da un proceso de aprendizaje que logrará terminar con los prejuicios”, explica Baigros, quien se encargó de organizar la primera biblioteca en la ciudad de Buenos Aires y vivió de cerca la experiencia.

"Los lectores salieron conmovidos por las historias" Raúl Arcomano | Voces por la Justicia
“Los lectores salieron conmovidos por las historias”

Según las reglas de esta dinámica, el lector llega a la biblioteca y mantiene por casi media hora una charla íntima con un libro, al que también puede hacerle preguntas. En el caso de Argentina, antes de comenzar, cada testimoniante pensó y presentó un título con el cual se sentía más identificado: Mariano viviendo con VIH; Patricio, un homosexual en el Conurbano; Laura, una mujer en situación de calle; Leticia, una hija con dos mamás; Leandro, una vida sin brazos; y Alejandro viviendo sin drogas, algunos de ellos.

Al finalizar, los voluntarios dialogaron con los más de 80 participantes y sacaron conclusiones: “Fue muy emocionante. Fue una jornada de puro aprendizaje de los dos lados. Los lectores salieron conmovidos por las historias y recuperaron cientos de enseñanzas para su vida cotidiana. Los libros, por su parte, vivieron una experiencia sumamente enriquecedora porque fueron escuchados y descubrieron a su vez la mirada ajena”.

Con estos resultados, cuenta Baigros, la idea es replicar la experiencia en La Noche de los Museos y la Feria del Libro. Y, obviamente, seguir llenando las bibliotecas de libros, con historias de quienes aún sufren discriminación para generar conciencia sobre lo positivo de las diferencias y la posibilidad de aprender de los demás.