Una nueva audiencia del juicio por el encubrimiento del atentado a la AMIA se desarrolló ante el Tribunal Oral Federal 2 con las declaraciones de dos testigos que en realidad iban a ser tres.

Todos ellos estuvieron relacionados a la familia Kanoore Edul, sospechada de tener vínculo con el atentado a la AMIA. Una pista que no se siguió investigando, según se debe probar, por orden el expresidente Carlos Menem, muy vinculado a la familia de origen sirio-libanés.

Abdala Nasra fue uno de los testigos que en agosto de 1994 presenció los allanamientos policiales a los domicilios de la familia Kanoore Edul. Ni bien se sentó, el hombre de avanzada edad manifestó no escuchar o entender lo que el presidente del Tribunal -Jorge Gorini- le decía. Fue así que, antes las dificultades de Nasra, se lo dio por desestimado.

De inmediato hicieron pasar a Norberto Antonio Godoy, quien trabajó durante ocho años como empleado administrativo en uno de los locales de la firma Aliantex, perteneciente a los Kanoore Edul.

Según explicó Godoy, tras el atentado, personal policial se presentó en el comercio de la calle Constitución y preguntó por Alberto Jacinto Kanoore Edul. Sin embargo, dijo desconocer si finalmente se realizó o no un allanamiento. “Recuerdo que había muchos policías en la entrada y que, cuando me fui, seguían allí”, contó y agregó: “Creo que Alberto Kanoore Edul había sido detenido pero no recuerdo bien”.

También dio detalles sobre los vehículos en los que se movía la familia y recordó que para la época buscaban comprar una camioneta nueva ya que la que tenían “se quedaba en todos lados”. Esto se relaciona con un llamado realizado el 10 de julio de 1994 desde un teléfono de la familia a Carlos Telleldín, último poseedor conocido de la Trafic cuyo motor se encontró entre los escombros de la AMIA.

El siguiente testigo en declarar fue Carlos Andrés Gardiner, quien hasta 1996 se desempeñó como secretario de la Cámara de Comercio Argentino Árabe, de la cual Alberto Kanoore Edul era tesorero. “Mi relación con ellos era muy buena pero durante años vi situaciones extrañas”, admitió.

Cuando le preguntaron acerca de qué cuestiones puntuales llamaban su atención, contó que Kanoore Edul iba seguido a la Casa Rosada a visitar al entonces presidente Menem, con quien tenía una estrecha relación y también concurría a la Secretaría de Inteligencia del Estado con mucha frecuencia. “Le llevaba empanadas típicas árabes a Menem y entraba a Balcarce 50 sin necesidad de anunciarse o pasar algún control”, expresó.

A su vez, explicó que las relaciones con los altos poderes del Estado le servían a la Cámara de Comercio para “resguardarse de la Justicia” por las irregularidades que cometían. Ante la pregunta de la abogada del imputado Carlos Menem, Gardiner explicó que no hizo ninguna denuncia al respecto y que tampoco hablaba con los Kanoore Edul sobre el atentado a la AMIA ya que le pidieron que no lo hiciera. “Me dijeron que no preguntara sobre el tema o perdería mi trabajo”, explicó.

Igualmente, según pudo recordar el testigo, Kanoore Edul hijo lo citó en su casa para contarle que estaban acusándolos por el atentado. “Habló de una camioneta que tenían. Se lo notaba asustado y nervioso”, dijo y opinó: “Habían cosas que no me cerraban”. En ese momento del relato el testigo comenzó a confundirse al punto de admitir que en esa reunión, que creía se había hecho en 1995, había tomado fotos con su teléfono celular. Algo imposible para la época.

Si bien los abogados de las querellas comprendieron que estaba confundiendo ese encuentro con su declaración testimonial en 2005 ante el exfiscal Alberto Nisman, a quien también mencionó, las defensas aprovecharon el momento para continuar distrayendo a Gardiner.

Sobre esto la abogada a cargo de la querella del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Mariana Stilman, explicó que si bien las defensas probablemente no le otorguen credibilidad al testigo, los datos brindados sobre las relaciones entre los Kanoore Edul y los Menem son de gran importancia para el objeto de este juicio por encubrimiento.

Para la próxima audiencia se esperan los testimonios de tres expolicías de la División de Protección al Orden Constitucional, José Antonio Portaluri, Carlos Heise y Humberto Almerich.